miércoles, 2 de enero de 2008




TRES NU-EVAS POETAS
Por Miguel Ildefonso


Tres nuevas poetas peruanas publican sus primeros poemarios. Dalia Espino posee una visión lúdica y estremecedora de la urbe y de aquellos lazos extraños que unen (y des-unen) a sus seres tan azules como la pasta de su libro Maro (Avqui Ediciones), un breve conjunto de poemas, pero copado de un largo deslumbramiento que recoge el duende de un Luís Hernández, la hondura de Pizarnik y la plasticidad de Eguren. Matilde Granados, con Para oír el solfeo exiguo de mi cuerpo (Ediciones Prometeo Desencadenado) nos entrega una poética de tono confesional que, a decir de la poeta Roxana Crisólogo en el prólogo, “construye la geografía de un cuerpo castigado y asfixiado por las convenciones sociales, la familia, la prisión del amor, la sociedad, el mundo que se presenta como una región prohibida, como si no se fuese parte de él.” Somniloquio (edición no venal) de Beatriz Torres, nos lleva a las fronteras de lo onírico y lo real, el amor y el lenguaje, el desasosiego y el hastío. “Se trata de un libro violento, lleno de aristas y filos, moldeado a fuego y todavía quemante. Somniloquio le pide silencio al mundo…”, dice el poeta Jorge Frisancho en la contratapa.






Dalia Espino (Lima, 1986). Estudia Literatura en la UNMSM. Ha publicado una plaqueta con Magdala Editores, y sus poemas han aparecido en revistas como Fata Morgana (Colombia), Tramonto (Perú), LP5 (Chile). Integra el grupo Nudo de Voces.














Pirata Cojo

No tienes lápiz labial, ni pantis negras
eres una canción penetrada por el vino
Tú, que mueves el mundo cuando en tu
mano se abre una palabra
Tú, náufrago que aspira flores
de la Av Arequipa
inventor de las grietas de mi techo
mi humedad rechazada
corazón aplastado por el tráfico
tan quebrado como los espejos que aprieto
en soledad



Medea

El gato espera sigiloso ronronear
ya el verbo no sueña más a encontrarse
basta sólo el papelito azul
que te imagina inconclusa besando
los labios de los ebrios que el río deja y ahoga
Estas tres últimas cuadras sin mirar atrás
sin siquiera distraerse con el viejo loco
del parque
con la humedad acumulada en los bancos
con las paredes prohibidas de tristeza
sólo tú, mi muchacha alucinadasola
tú, Medea




Matilde Granados (Trujillo, 1986). Reside en Chiclayo donde estudia Lengua y Literatura. En el 2000 obtuvo el segundo puesto en el concurso literario Lindero, y en el 2001 ganó los Juegos Florales “Javier Heraud” del ISA en Piura. Sus poemas han aparecido en revistas como Híbrido de Nueva York. Dirige la promotora cultural Diantre, Arte y Cultura.












1
Deseo caminar por la ciudad
con los pies descalzos
escribiendo poemas
y en cada paso
ir desprendiéndome una a una
de todas mis prendas.
Que solo sea la propia naturaleza
de mi piel la que me cubra.
Caminar riendo, despreocupada
Del tiempo y de toda mi vida,
Hasta llegar a un jardín cualquiera
Donde pueda estirarme cómodamente
Y contemplar el quieto cuerpo de una flor.





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Pedacito a pedacitome
he formado.

Eso es lo que soy.
Un rompecabezas.


Beatriz Torres (Lima, 1982). Llevó cursos de pintura en Corriente Alterna, y es egresada del IPP. Como fotógrafa ha participado en exposiciones como Proyecto Imagen y Proyecto Shopping: Fascinación, Aprobación y Odio. Dirige dos espacios virtuales: Bzarte y Ebzopías.

Mis ojos están activados

dormido el blanco que amanece
cuando el sol se queda en la cama

anticipando los juegos
la cortina y el rayo desde el patio


escrutar cada hueco del cementerio
de la cómoda
puerta
mesa



silueta
marasmo amarillo


Mis oídos sintonizando


despierto al azul que anochece
cuando la luna salta de la ventana

maquinando las jugadas
mi pie mi mano que huelga en la cintura

agudiza el murmullo de la calma

su retrete
y desliz y
aleteo

sombra
bravura violeta

Mi cuerpo insomne

boca arriba en total naufragio
al esquizofrénico duelo
antropomorfo
entre los colores de una oscuridad psicodélica


Proyecto Patrimonio— Año 2007 A Página Principal A Archivo Miguel Ildefonso A Archivo de Autores www.letras.s5.com: Página chilena al servicio de la culturadirigida por Luis Martinez S.e-mail: osol301@yahoo.esTres Nu-Evas Poetas. Por Miguel Ildefonso.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Poesía rebelde y joven, juventud que no tiene que ver con la edad cronológica de la autora sino con el espíritu del libro. Juego de astucias y formas irreverentes. Para oír lo que ésta poeta quiere decir hay que despojarse de ideas preconcebidas acerca de la poesía tradicional. Bienvenida sea esta ruptura. La poesía se merece todos los riesgos posibles.

Roxana Crisólogo

Miraflores, enero de 2007






PARA OIR EL SOLFEO EXIGUO DE MI CUERPO



Deseo caminar por la ciudad
con los pies descalzos
escribiendo poemas
y en cada paso mío
ir desprendiéndome una a una
de todas mis prendas.
Que solo sea
la propia naturaleza
de mi piel la que me cubra.
Caminar riendo, despreocupada
del tiempo y de toda mi vida,
hasta llegar a un jardín cualquiera
donde pueda estirarme cómodamente
y contemplar el quieto cuerpo de una flor.

El cielo a veces se esconde
tras los cerros,
se quiebra ilumina y canta.
El cielo exprime su dolor
en la lluvia y florece
sobre los campos.
El cielo juega a ser Dios
cuando descubre
nuestros ojos inofensivos.

Cómo saber si lastimo su piel
débil y ficticia.
Cómo saber que amanece
y que mi pequeño escritorio
se llena de luz.
Cómo saber si la luna es blanca,
amarilla o roja
si nunca he estado frente a ella.
Cómo decirle al sol que es un ser
fastidioso, enceguecedor, sudoroso
si ni siquiera escucha.
Cómo decirle a mis brazos
que vuelen y agiten
sus alas en el cielo.
Cómo decirle ahora
a esos mosquitos que huyan
porque mamá los matará
si ellos no me entienden
si yo no me entiendo.


Todos los días ella
se viste de blanco.
Mamá dice que es enfermera,
que va a trabajar.

A mí me parece
que es una de aquéllas
banderas que se agitan
para declarar la paz.